
La cotidianidad de la vida en ocasiones se convierte en cansancio, agobio y desesperación. No es fácil para una mujer, que a su edad "debería estar pensionada o al lado de su familia", vivir esperando sentada en un parque tratando de vender algo para ganarse el sustento diario.

Caso contrario de cuando se es niño; los problemas, las preocupaciones y el cansancio pasan a un segundo plano. Sólo nos interesa jugar, vivir y tener la oportunidad de ser niños y comportarnos como tal. Es algo que nos caracteriza a los latinoamericanos, "la Alegría y la Espontaneidad"
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